Los niños y sus luces: una situación muy común en la que encender y apagar las luces con el movimiento nos facilita mucho la vida en familia.
Quiero explicarte una situación muy común en una casa con niños pequeños.
La mía por supuesto, no podría ser diferente.
Desde que nuestros hijos comenzaron a llegar a los interruptores de las luces hemos iniciado la danza tradicional “Enciende la luz, apago la luz”, para luego, cuando han pasado un par de años interpretar el canto “Apaga la luz si no estás en la habitación”.
¿Te suena?
Como he mencionado en algún otro post tengo dos peques de 5 y 2 años y ahora estamos interpretando las dos obras en paralelo.
Mientras a uno le hacemos hincapié para que apague las luces, tenemos que seguir al otro para hacerlo nosotros mientras repetimos la misma retahíla y así intentar calar desde pequeño.
Si en casa hay niños, también hay luces encendidas
Continuamente tenemos que recordar a nuestros hijos que deben apagar las luces cuando no están en las habitaciones, y al final siempre acabamos haciéndolo nosotros.
En casa somos bastante conscientes de la situación del medio ambiente y si podemos elegir, nuestras acciones van ligadas a disminuir la contaminación que generamos.
Por eso bloqueamos los interruptores cuando nos es posible o los delegamos a alguna automatización para que no encendamos luces que no sean necesarias.
Una noche mientras terminamos de cenar y, tras ver que una luz seguía encendida, surgió una idea: Instalar un sensor para que se encendieran y apagaran las luces al pasar.
Pero antes de instalarlo en ninguna de las habitaciones queríamos hacer una prueba y decidimos que el distribuidor de casa sería el lugar idóneo: un sitio concurrido, un par de luces led y con más oscuridad que el resto de la casa.
Sensores de movimiento
Esa misma noche busqué en Amazon un sensor de movimiento barato, si las pruebas van bien, más adelante ya lo sustituiría por otro de mejores prestaciones.
Este dispositivo lo conocemos todos y no necesita estar conectado a ningún controlador.
Simplemente actúa como interruptor manual encendiendo la luz cuando algo interrumpe los rayos infrarrojos que emite.
En cuanto me llegó a casa lo conecté y lo configuré al menor tiempo posible de encendido, unos 10 segundos.
Esto significa que cuando se encienda la luz permanecerá como mínimo 10 segundos encendida antes de apagarse.
Encender las luces al pasar es una buena idea
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Pronto notamos el cambio y sus beneficios.
El primero fue que los peques podían ir a su habitación o al baño sin pedirnos que les acompañemos por miedo a la oscuridad.
El segundo fue que el hecho de que se encendiera sola nos hizo dejar de pensar en tener que darle al interruptor al pasar por allí.
Ahora está continuamente bloqueado.
Sin embargo, también nos dimos cuenta que el sensor por sí solo no nos servía.
Es posible que para una escalera o un parking sea suficiente pero en casa, donde tenemos una estantería y un armario, es un poco molesto tener que estar haciendo movimientos con el brazo cada 10 segundos porque la luz se apaga cuando dejas de moverte.
Por otro lado, aumentar el tiempo tampoco era una opción válida, ya que la mayoría de las veces no es necesario que esté tanto tiempo encendida.
Al final, decidí dotarlo con un poco de ese smart que tanto se vende ahora e hice unas modificaciones en la instalación.
- Lo primero fue automatizar las luces del distribuidor: ahora puedo encenderlas y apagarlas desde el móvil.
- Lo siguiente fue desconectar el sensor de movimiento de las luces y conectarlo a un interruptor wifi: ahora el controlador de mi casa sabe cuándo hay alguien en el pasillo (¡Eureka! nueva funcionalidad descubierta: detector de intrusos)
- Tras esto, creé tres automatizaciones en mi sistema domótico: 1- Recordar encendido manual. 2- Encender la luz con movimiento. 3- Apagar la luz sin movimiento.
Ahora, con la nueva configuración, hemos recuperado el control del encendido y apagado manual, por lo que ya no dependemos del movimiento para que la luz se encienda y, al mismo tiempo, seguimos teniendo la funcionalidad automática cuando pasamos por allí.
Y, junto al bloqueo de interruptores, tenemos controlado el gasto del luz innecesario.
Teniendo un pasillo inteligente hemos ganado:
- Confort:
- Ya no es necesario encender ni apagar la luz al pasar.
- Los niños ya no tienen miedo al ir solos al baño o a su habitación.
- Podemos conectar la luz al asistente virtual para poder controlarla con la voz.
- Podemos cambiar al interruptor manual cuando queramos.
- Ahorro:
- La luz únicamente se enciende cuando se necesita y se apaga cuando no hay nadie, por lo que ahorramos en la factura de la luz.
- Ser más respetuoso con el medio ambiente:
- Ahora la luz no permanece encendida durante horas ni se enciende cuando hay suficiente luz y no es necesario, por lo que estamos cuidando el planeta.
También como efecto secundario y sin buscarlo hemos ganado en seguridad, ya que al poder detectar movimiento en esa área podemos recibir notificaciones en el móvil cuando la casa está vacía y actuar en consecuencia.